jueves, 15 de octubre de 2009
Los disfraces
En la noche de Halloween, los druidas (sacerdotes celtas) bailaban alrededor de grandes fuegos donde ellos ofrecían animales como sacrificio para aplacar a los malos espíritus que provenían del más allá. Ellos se ponían máscaras de cabezas de animales y togas hechas de pieles de animales. Se creía que el fuego y la ropas les protegían a ellos y a sus hogares del peligro a lo largo del año que estaba comenzando.
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